
Y si sucede, mátame
No pasará. Nunca llegará el momento en el que haga algo sin apasionarme. Imposible. Sin un día escribo sin releerme o leo sin cerrar los ojos y sentir el calor que emanan las páginas, mátame.
Si un día trabajo por dinero, por instrucciones o rutina, no dudes en hacerlo. Si un día dejo de entregarme de bruces al sol, a la lluvia, al silencio, o las lágrimas; si un día no comprendo el significado de la familia, de un abrazo, de un beso cálido. Si me vuelvo incapaz de perderme en una mirada; si un día mientras pienso en la vida no tengo razón por la que preocuparme y me da igual la existencia humana y la naturaleza, mátame.
Si un día no necesito darlo todo hasta que muera, si un día dejo de amar con toda el alma, mátame. Porque si ese día llega, ya no tendré deseos de existir.
Yilenis Pérez Sanabia