La sociedad moderna resulta cruel para aquellos que no encajan con los estereotipos: de mujer como Barbie, en forma y elegante y hombre sexy, fuerte y arreglado que nos venden en las campañas publicitarias y los programas televisivos (que buscan eso, vender).
Pero hay una línea no tan delgada entre no cumplir con esos requerimientos y ser feos. Me pregunto, ¿Soy fea porque no me peino, o porque llevo el cabello corto? ¿Tengo que vestir con la ropa más cara para tener amigos? ¿Cuánto debo fingir mi personalidad o estilo para caer bien a aquellos que creen manejar las tendencias? (sabemos que las tendencias los manejan a ellos).
Bato no pertenecía a ningún grupo de influencers, no era delgada, no aprobaba los absurdos patrones de belleza que seguimos. Bato era diferente, no necesariamente simple. Una mujer no tiene que irradiar belleza para ser linda. Creo que las personas realmente hermosas no necesitan una cara simétrica y maquillaje.

La hermana de Bato al hablar sobre ella decía ¨me parecía insoportable, escalofriante encontrar mi cara en medio de todo su despliegue de mal gusto¨. Nunca se detuvo a observar detalles, no dejó de lado sus prejuicios para hacer sentir más cómoda a su hermana, era consciente de que los vecinos la molestan y la ignoraban, pero no hizo nada. Para ella era como una extraña, menos que una extraña; seguramente para ser su conocida bastaría llevar una camisa hermosa y no una playera de los tigres y anillos de fantasía, de esa forma no le daría vergüenza caminar a su lado.
Su propia hermana hizo de Bato una mujer triste a pesar de su juventud.
El Bato, cuento de Orfa Alarcón, muestra cómo podemos ser víctimas de la exclusión por el simple motivo de ser diferentes y cómo la sociedad nos absorbe hasta querer desaparecernos. Estamos inmersos en un mar de superficialidad, donde importa más nuestro exterior que lo que sentimos o somos capaces de lograr.

Bato llegó a odiarse, a sentir que había algo malo en ella ¿Por qué eres así?, se preguntó en el dibujo, y no existía nadie en su vida para responderle, su familia no le mostró que no hay nada malo en no ser todos iguales, como sacados de un paquete de galletas o clonados por algún actor de televisión.
La diversidad es útil a la sociedad. Ser auténtico es una cualidad, no un defecto. ¡Qué aburrido sería el mundo si todos fuéramos iguales!
El final de la lectura me pareció acertado, no había necesidad de narrar lo que le sucedió a Bato. Esas últimas líneas dejaron ver la realidad: Bato no regresaría. Y creo que la síntesis le dio más peso y más fuerza a la idea.
¨El peor momento de la madrugada es ese en el que sabes que el ausente ya no volverá¨
No sabría juzgar si la hermana se arrepintió de tratarla mal, de no protegerla. Yo sentí dolor, pero un dolor y una pena ajena que me llevaron a la reflexión, porque la lectura no es solo la historia de Bato, la chica gorda y rechazada por su hermana; es la historia de todos los adolescentes y jóvenes que sufren violencia por exclusión o bulling escolar; es la historia de todos los diferentes. Lo seres humanos no somos creados en serie, tenemos que aprender de aceptación y tolerancia hacia los demás.
Con esta viene a mi mente un poema de Eduardo Galeano:
¨LOS NADIES¨